Transformers: Generation 1
(traducción)

3 de Abril de 2002 THE TIMES

REVIVIENDO LA

TRAGEDIA DEL ARCA II DEL 99

¿QUE OCURRIÓ?

Un informe especial de investigación por
Chris Killah

    24 de Junio de 1999. El día en el que el cielo explotó. El día en el que los sueños llovieron en montones de metal ardiente. El día en que nuestras fantásticas imaginaciones de una nueva era se derrumbaron en un abrir y cerrar de ojos. El día del desastre del Arca II. Casi hace tres años desde la explosión pero parece que fue ayer. La gente alrededor del planeta aún puede describirte cada detalle de dónde estaban y que sintieron el 24 de Junio. El sentimiento de orgullo y excitamiento cuando los jets propulsores comenzaron a despegar. Alegres sentimientos, detenidos solo pocos minutos después por sentimientos de impotencia torturada y dolor. Y como una estrella apagándose la ambición de toda la humanidad se desvaneció en el aire. Simplemente así.
    Por supuesto nada ocurre "simplemente así". Cada cosa tiene una explicación. Nada ocurre sin razón. Y por eso el desastre del Arca II debe ser explicado. En este artículo no solo hablaremos de cosas pasadas en la grandeza de los meses que llevan al evento, también examinaremos algunas posibles explicaciones sobre que pudo haber causado la tragedia.
    El 24 de Junio de 1999 fue realmente uno de los momentos más oscuros de la humanidad. Sin embargo, durante las semanas que llevaron a la tragedia, la humanidad actualmente vivió uno de sus mejores.
    Durante años atrapados entre el fuego cruzado de los Autobots y los Decepticons, gobiernos de todo el mundo decidieron que no podían seguir inactivos. El 4 de Mayo de 1998, los Líderes Mundiales se reunieron en una cumbre, dispuestos a no sentarse a mirar como esos gigantes robots alienígenas decidían nuestro destino. Con un voto unánime, los Líderes Mundiales autorizaron el inicio de la Operación Liberación. La operación ordenó a todos los mayores poderes Mundiales a militarizarse y comenzar un asalto unificado a los Decepticons. La guerra civil alienígena terminaría, juraron nuestros líderes, sin importar el coste.
    Y el coste fue grande. Liderados en la batalla por el líder Autobot Optimus Prime, las víctimas humanas fueron abundantes. Los Decepticons fueron feroces en lo que podría ser su batalla final. Con cañones láser como mamuts alimentados con energía convertida extraída de nuestra propia Tierra (una materia peculiar llamada "Energón"), Megatron y su armada de guerreros soltaron una explosión de fuego láser que agitó la Tierra hasta su corazón. Muchos testigos de la escena de la fatal batalla describen el evento como espectacular y horrible. Un testigo ocular nos decía, "fue como si cada estrella en el universo hubiese decidido de repente estrellarse en la Tierra".
    Por unos días pareció que la Operación Liberación fracasaría horriblemente. Con las bajas humanas subiendo y los asaltos Autobots incapaces de penetrar en los cuarteles generales Decepticons, parecía que Megatron superaría la tormenta. Eso parecía, hasta que un acto de fino heroísmo daría la vuelta a la marea. Sin aviso o autorización, el piloto Canadiense Rudy "el Rojo" Kingsley voló con su avión de combate dentro del corazón de los cuarteles generales Decepticons. La explosión sacudió a los Decepticons justo lo suficiente para que las armadas dirigidas por los Autobots penetrasen la fortaleza. El heroísmo de Kingsley marcó la diferencia. Sacudidos y heridos por el inesperado acto de desinterés, los Decepticons fueron capturados, finalmente poniendo fin a la guerra civil Cybertroniana que había tomado a la humanidad como rehenes durante tiempo.
    Con los Decepticons finalmente derrotados, Optimus Prime y sus Autobots decidieron que era hora de regresar a su planeta natal de Cybertron. De nuevo con la ayuda de las naciones del mundo, se construyó una gigantesca nave espacial: El Arca II, llamada así por la nave original que llevó a los Transformers a la Tierra. El Arca II fue una maravilla de la ingeniería, suficientemente grande para transportar a todos los Autobots y a los capturados Decepticons. De hecho, la nave fue una definición ejemplar de lo que la humanidad es capaz trabajando en conjunto.
    A cambio de nuestra ayuda, los Autobots ofrecieron llevar a Cybertron una pequeña tripulación de humanos. La oferta era tan intrigante como espectacular. Los Autobots garantizarían a la tripulación humana completa libertad para vagar por el planeta Cybertron y estudiarlo como juzgasen. La tripulación podría estar el tiempo que quisiese tenía permiso para traer cualquiera y todos los resultados juzgados 'útiles' para el progreso de la humanidad. No se tardó mucho tiempo en aceptar el ofrecimiento y formar una tripulación.
    Cientos de hombres y mujeres fueron entrevistados y de esos cientos siete fueron seleccionados: Mark Marsh (39), un ingeniero mecánico de Nueva York; Akira Yashimura (42), un biólogo de Tokio; Rolf Meyer (29), un químico de Berlín; Linda Richards (33), una socióloga también de Nueva York; Rudolph Vesic (62), un arquitecto de Moscú; Henry Lanson (34), profesor de religión en Oxford; y "Sparkplug" Witwicky (55), un mecánico de Cleveland cuyas relaciones en el pasado con los Autobots le permitirían actuar como el perfecto moderador entre los robots y la tripulación.
    Los Siete Magníficos, como pronto fueron llamados, representaban el amanecer de una nueva era. Con los resultados que seguramente trajese la tripulación, pensamos, la humanidad saltaría hacia el siglo veintiuno, nuestra evolución para aprovecharse. Pero el Mundo pronto descubriría la evolución como un camino extraño de mantener el orden: 24 de Junio de 1999.
    La explicación oficial dada a la explosión es: "fallo mecánico", sin embargo este término nunca ha sido explicado. Algunos teóricos sugieren que el peso de los ocupantes de la nave puso una intolerable cantidad de tensión en los motores, produciendo una fusión al poco tiempo de despegar. Otros --como el General Robert Hallo, cabeza de Desarrollo Militar en los Estados Unidos y miembro del comité de selección de la tripulación-- han sugerido que una de las cámaras de combustible de la nave no estaba propiamente cerrada y que un escape de combustible se encendió cuando la nave entró en la atmósfera exterior de la Tierra. Nadie lo sabe con seguridad. La nave fue tan aniquilada completamente por la explosión que sólo han sido encontrados pequeños fragmentos. Se estima que muchos de los remanentes de la explosión están en el fondo de la base del Océano Ártico pero hasta hoy los descubrimientos han sido pocos y lejanos entre ellos.
    ¿Fue la explosión un cruel acto de la Naturaleza? ¿Un aleatorio, oportuno accidente, para el cual ninguna cantidad de planes podría prevenir? ¿O es posible que la tragedia fue el resultado de una negligencia mecánica? Y en ese caso, ¿por qué nadie ha pagado el precio? Nosotros propusimos esas preguntas al más prominente internacional Astro-

CONTINÚA EN LA p.52


Versión corregida y ampliada de la traducción realizada por José Antonio Bajo (España).

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