[ Algún lugar en el Ártico. ] - Señor, uh... ¿Cómo debo llamarle? - Lazarus. Ellos me llaman Lazarus, así que usted también. - Okey... Lazarus... ¿Ve los deportes? - ¿Por qué lo preguntas? - -Ooof- bien... -uhhn- en mi... -heff- vida, me he dado cuenta que hay dos tipos de personas en el mundo. Aquellos a los que... -heff- ...les gusta el béisbol y aquellos a los que les gusta el fútbol. Mire, a los fans del fútbol, les gusta la idea de que no sólo es hombre contra hombre, equipo contra equipo. También tienes que -heff- envalentar a los elementos. Si llueve, juegas. Si nieva, juegas. Si hay una tormenta con granizo, juegas. Si hay una maldita ventisca, ¡sigues jugando! ...bien, déjeme -oof- déjeme decirle algo Lazarus... - ¿Qué es? - Odio el fútbol. - No me gusta estar fuera cuando llueve, no me gusta estar fuera cuando graniza y le aseguro como el infierno ¡que no quiero estar en medio de esta tormenta de nieve! - Uh huh. - Lo cual significa que mejor que tengas una maldita razón para traerme aquí. Quiero decir, ¿siempre trata a sus inversores comerciales potenciales así de regio? ¡Es probable que muera de una neumonía antes que tenga oportunidad de ver esa operación suya! Comprendo el secretismo ¡pero esto es ridículo! - Paciencia. Casi estamos allí. - Me está pidiendo que invierta dos millones y medio de dólares para ayudarle a encontrar su... su... cualquier cosa que esté buscando aquí. ¡Eso es una barbaridad de dinero! Incluso para mí. - Si yo pensara que no lo tiene, usted no estaría aquí. - Esa no es la cuestión. La cuestión es que usted no arrastra a un potencial colaborador comercial con la nieve hasta las rodillas en medio de una tormenta ártica ¡y luego le pide dos millones y medio de dólares! Esto es solo... solo... ¡esto es solo un mal negocio es lo que es! ¡¡Hey!! ¡¿Está usted escuchándome?! ¡Oww! ¡¡Hey!! - ¡¿¡Está bien!?! - P-p-por favor... - ¿Está bien? - B-b-bien... bien... - Bueno. Estaba cansado de escucharle sus gemidos. Es mi turno de hablar. Mi turno para hacer las preguntas. Dígame, señor Ratzenberg... ¿usted cree en las segundas oportunidades? - ¿Q-qué--? - Yo creo. Cualquiera que diga que solo hay una oportunidad en la vida simplemente está equivocado. Siempre hay ocasión para una segunda oportunidad... si sabes donde mirar. Aquí, déjeme ayudarle. Usted ve, esta operación que estoy realizando aquí... esta operación trata de segundas oportunidades. - Estoy... estoy confundido. - No para largo. Siga caminando. No estamos lejos. Déjeme contarle una historia, señor Ratzemberg. Quizá le ayudará a aclarar las cosas. Ahora le advierto, esta historia es realmente asombrosa. Tan asombrosa de hecho, que la encontrará difícil de creer. Tan asombrosa que necesito que use toda la imaginación que pueda reunir cuando yo le cuente. ¿Listo? - S-sí. - [ "Hace mucho tiempo existió una vez una raza de poderosos guerreros... gladiadores, si usted quiere... que cayeron del cielo y se estrellaron aquí en la Tierra. ] [ "Esos gladiadores eran más grandes y fuertes que cualquier cosa que los humanos han conocido nunca. Podían elevar cosas que podrían aplastarnos. Moverse más rápido que nuestros coches de carreras más rápidos. Algunos de ellos... algunos de ellos incluso podían volar." ] - No lo entiendo. Nuestros sensores indican que el objetivo está a veinticinco pies por debajo del suelo. Hemos estado excavando desde hace ocho horas continuamente. Deberíamos haberlo encontrado ya. - [ "¿Pero sabes qué? La fuerza, la velocidad, el vuelo... esos incluso no eran sus grandes poderes. Esos gladiadores tenían otro asombroso poder que les hacían superiores a cualquier cosa. Ellos podían cambiar de forma... ] [ "...ellos podían TRANSFORMARSE." ] - Oh tío... bingo. - ¡BINGO! ¡LO TENEMOS! PARAD EL LÁSER... ¡LO TENEMOS! - Discúlpeme señor, pero hemos hecho contacto. - Okey. Nosotros casi estamos allí. Ahora, imagine que maravilloso que hubiese sido si hubiésemos podido comunicarnos con esos gladiadores enviados del cielo. Hablar con ellos, interactuar con ellos... quizá incluso haber sido aliados con ellos. Estoy seguro de que mucha gente importante en grandes lugares adorarían la oportunidad de aliarse con esos poderosos guerreros. Con ese poder de nuestro lado, ¡piense en las ilimitadas posibilidades! - Lo siento. Sigo sin comprender donde lleva todo esto. - Lo va a saber. Gracias Dios por las segundas oportunidades. - ...U-uh, ¿A-a-a nombre de quién hago el ch-cheque?
Versión corregida de la traducción realizada por José Antonio Bajo (España).